El silencio se alojaba en cada rincón de aquella árida tierra desprovista de vida, tan sólo pertubado por el furioso viento que ululaba tras las ramas desnudas de los árboles. La noche se acercaba, trayendo consigo los miedos y el recuerdo de los pasados más oscuros, mientras el crepúsculo se consumía en el cielo sangrante.
Las uñas del animal repiqueteaban contra el suelo pedroso. Tenía las patas cansadas y el estómago vacío, tras varios días de huída sin descanso.
Agotado, el lobo se dejó caer, respirando anhelante, luchando por tener aire puro con que llenar sus pulmones, aunque sólo recibió polvo y olor a muerte con cada bocanada.
Tenía que seguir con vida hasta que lograra escapar de allí y no le importara cómo tuviera qué hacerlo. Pero la esperanza había decidido abandonarlo mucho tiempo atrás y aún quedaba un largo camino que recorrer.
Se levantó pesaroso, optando por continuar. Tal vez faltaba menos de lo que creía o quizás nunca llegara a su ansiado destino, y acabaría como el resto de su manada.
La lucha había sido larga y tortuosa, hasta que finalmente sólo el adversario quedó de pie. Él sólo pudo con toda la manada, acabando con sus vidas, transformándo el paisaje en un río de sangre.
Sólo él sobrevivió al enemigo y aún se cuestionaba el haber huido en su defensa propia, sin atender las necesidades del clan y tomándoselo como un acto de cobardía.
Pero por más que se lo reprochara, era demasiado tarde y peligroso volver la vista atrás. La amenaza era inminente y casi podía sentirla pisándole los talones.
Continuó trotando en dirección recta, arañándose las patas con las escas plantas resecas, únicos atisbos de vida de aquella ciudad sin nombre.
Un riudo fuera de lugar lo alertó, erizando el pelaje de su lomo e irguiendo las orejas. Comenzó a correr, tratando de escapar del miedo. Su corazón latía con fuerza, queriendo salírsele del pecho, la respiración se volvía difícil y entrecortada, jadeante.
Se topó con una casita de madera, colocada frente a la nada, en medio de ningún sitio. No había tiempo para preguntas, tan sólo para rápidas reacciones, por lo que rodeó la estancia, ya envejecida y con los tablones podridos e hizo ademán de seguir.
Una sombra alargada sobre el suelo le hizo retroceder. Tendría que volver atrás. Pero la figura se movió y tras ella apareció la amenaza. El lobo quedó paralizado, presa del pánico. Sólo pudo gruñirle con odio a su enemigo, aquel chico de cabellos negros y ojos dorados como el oro.
Los labios de éste se curvaron en una sonrisa torcida y maléfica.
- Ya era hora- dijo sin borrar la sonrisa de su rostro-, llevo mucho tiempo buscándote.
El lobo retrocedió unos pasos. El joven se arrodilló junto a él y se miró las manos, vestidas con unos guantes negros sin dedos, de cuero.
- Mira, no hay sangre- comentó enseñándoselas al lobo- No he derramado ni una gota de sangre de tu manada. Sólo he cogido lo necesario para vivir. Sus almas. Y ahora están dentro de mí, así que yo soy tu manada, tu única familia.
El animal apartó la mirada y gimió, nervioso y nostálgico, expectante a su propia muerte.
- No temas- lo tranquilizó el chico, acariciándole las orejas- ya tengo lo que necesito, tú sólo serás mi peón en esta divertida partida de ajedrez.
Acto seguido, apartó el ala de su gabardina oscura y asió una navaja escondida en su cinturón. El lobo se tumbó, sumiso. Era tarde para luchar.
El joven acercó la hoja afilada, destelleante ante el amanecer y lo apuñaló con fuerza. El animal no se quejó, tan sólo dejó que la sangre fluyera y cayera al suelo, formando un charco oscuro. La vida le abandonaba, cada pulsación era más débil, cada latido más anhelante.
Exhaló su último aliento, clavando sus ojos en los del chico, ambarinos y llenos de excitación.
- Renacerás- susurró el joven- Serás el mensajero de la muerte que todos temen. Y da gracias a tu manada por hacerme inmortal.
ainsss!!!!!!!!!!!! kierooo massss!!!! q pena de lobooo, m encantoooo xDD
ResponderEliminarMadre mía!!!!!! Me encanta!! Está muy interesante!! Un tio inmortal que se lleva el espiritu de lobos? Ains madre!!! Parece muy interesante!! Aii, tú y tus imaginaciones de cabeza jajajajaja!! Espero el capitulo uno impaciente!!!! Bss guapisima!!!
ResponderEliminar¡Hola! ¿Sorprendida por leerme aquí? :O Bueno, a ver, he visto un par de errores, pero no muy importantes. x)
ResponderEliminarhas puesto:
-"...pertubado por el furioso viento que ululaba..." El viento (en mi opinión) no "ulula" (creo, ahora estoy dudando :S) Creo que eso lo hacen las aves, no el aire, pero creo que deberías buscarlo para asegurarte. Yo cambiaría el "ulular" por otro adjetivo. ¿Qué te parece? :)
-"...y ojos dorados como el oro." Si te fijas, está claro que unos "ojos dorados" tienen el color del oro, por lo tanto es un especie de "repetición".(Yo y mis manías)XDDDDDDD Yo quitaría el "como el oro", porque si son dorados, está claro que son como el oro. (¡Hay, que me estoy repitiendo demasiado! XDDDDDDD)
A lo mejor podrías utilizar adjetivos como "ojos ambarinos, de color miel, etc... que todos tienes ese aspecto amarillento que estás describiendo. ¿Qué opinas? :S
P.D: Vuelvo a decirte que sólo te estoy dando mi opinión y que no tienes porqué modificar nada si no quieres, que no soy ninguna profesora de lengua. XDDD
P.D.2: Sigue así, que la historia promete. Sabes como enganchar al lector y eso lo consiguen muy poquitas personas. :O